Pedrarias Dávila, decidió enviar a los
recién descubiertos territorios a su lugarteniente, Francisco Hernández de
Córdobas, con órdenes de desembarcar y ocupar todo lo que Gil González había explorado.
Esta vez la bienvenida que le
dieron los indios a los españoles no fue nada pacífica. Conscientes de que los invasores eran gentes como ellos y
no como Dioses como los conceptualizaban al principio, ofreciendo a la gente de
Hernández una feroz resistencia, de tal manera que éste tuvo que abrirse
paso a punto de espada y en medios de
interminables combates. Hernández venció gracias a la superioridad técnica de sus tropas, fundando la ciudad de Granada,
concretamente en el pueblo indígena de Xalteva.
Después recorrió el territorio
chorotega, específicamente Imabita, territorio de los indios maribios, fundando
la ciudad de León, para que sirviera de Capital
a las nuevas provincias españolas.
Luego Hernández de Córdoba, se
traslado hacia el norte, y fundó la ciudad de Segovia a orillas del Río Coco
antes Río Yaré, destruida muchos años antes por indios mosco ( actual ciudad
antigua). Posteriormente se traslado a Honduras, zona que merodeaba Gil, quien
pretendía regresar a Nicaragua y reclamar sus derechos de adelantado. Por
primera vez en la historia de la conquista y colonización tropas españolas
chocaban entre sí.
Finaliza la aventura de Hernández
en Nicaragua, cuando intentó rebelársele a Pedrarias con la intención de
apoderarse y disfrutar para sí la gobernación del recién conquistado país. De
la pugna resultó triunfante el gobernador de Panamá, quien decapitó a Hernández
en la ciudad que el mismo había fundado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario